En 2002, la Fundación Británica del Pulmón publicó su informe con el titulo: “¿Una pistola humeante?” que resumía los efectos de fumar cánnabis sobre la salud respiratoria. El informe analizó las evidencias disponibles por aquel entonces, los que sugerían que:
Sin embargo, el informe también puso de relieve la falta de investigación en este campo y destacó la necesidad de realizar más investigaciones para aumentar nuestra comprensión sobre este complejo problema de salud pública.
En la transcurrida década, desde la publicación del original de “¿Una pistola humeante?”, investigaciones posteriores han comenzado a revelar nueva información importante sobre los efectos sobre la salud pulmonar fumar cánnabis. El presente informe, ofrece un resumen de la evidencia actual.
En el Reino Unido, alrededor de un tercio de los adultos han consumido cánnabis. Se estima que en Inglaterra y Gales durante los años 2010 y 2011, unos 2,2 millones de personas consumieron Mariguana o Hachis.
La evidencia actual demuestra que fumar cánnabis es peligroso para los pulmones. Es mas, sabemos mucho menos acerca de los efectos del humo del cánnabis, que lo que se sabe sobre el impacto del humo del tabaco.
Sin embargo, en la actualidad existe la evidencia que el humo del cánnabis provoca muchos efectos adversos en los cuales se incluyen:
Estudios de investigación publicados han hecho constancia sobre:
Se hace evidente que se precisa urgentemente una mayor inversión tanto al nivel financiero como al nivel de investigación que permitan conocer los verdaderos efectos que producen sobre la salud respiratoria el fumar cánnabis. En especial, se precisa saber más sobre el impacto que ejerce el fumar cánnabis sobre la función pulmonar y el riesgo de padecer una enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
A su vez hay que asignar más recursos a la concienciación sobre los efectos que tiene el fumar cánnabis sobre la salud respiratoria (y su impacto en otros aspectos sobre la salud de las personas), y para apoyar a las personas que desean dejar de fumar cánnabis.
Debido a la descomposición se su estructura molecular a raíz de la combustión en concepto de baza, el humo del cánnabis contiene más componentes de productos químicos que los se pueden hallar en planta en si, entre ellos el THC, el monóxido de carbono y agentes carcinógenos (sustancias que causan cáncer).
Estudios previos han demostrado que con cada bocanada, los componentes del humo del cánnabis son cada vez más concentrados, es decir, la concentración se hace más y más fuerte al llegar el final.
Por lo tanto, fumar menos cigarrillos de marihuana hasta el tope (filto) en un corto espacio de tiempo, podría significar ingerir una mayor cantidad de componentes del humo que consumir la misma cantidad de cánnabis en más cigarrillos fumados a un plazo de tiempo mas extendido.
2.1 El cánnabis y los cigarrillos de tabaco
La evidencia muestra que un constante consumo de tabaco puede ser causa de cáncer de pulmón y de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Los consumidores suelen mezclar el cánnabis con tabaco, en particular la resina, ya que necesita el tabaco para del deseado 'fuego lento' o ‘su lubricado’.
Esto conlleva que es relativamente difícil aislar/separar los problemas sobre la salud que son causados por el cánnabis y cuales son los problemas causados por el tabaco.
Aun siendo dos especies diferentes, como plantas, el cánnabis y el tabaco comparten mucho de su estructura química, sin embargo los componentes activos de plantas de cánnabis y plantas de tabaco son diferentes. Sólo el cánnabis tiene el THC y sólo el tabaco contiene la nicotina.
El humo el cánnabis y del tabaco contiene en gran medida las mismas substancias, incluyendo monóxido de carbono, el alquitrán y sustancias cancerígenas.
El humo del cánnabis contiene los mismos carcinógenos que el humo del tabaco, incluyendo los benzanthracenes y los benzopirenos. Sin embargo, el humo del cánnabis puede contener unas concentraciones de hasta un 50% más altas que el humo del tabaco.
Generalmente, la gente fume cigarrillos de cánnabis con menos frecuencia que los cigarrillos de tabaco. Sin embargo, la forma en que se inhala es muy diferente. Al fumar el cánnabis, la gente toma un volumen de bocanada (la cantidad tomada en la boca) dos tercios mayor que si se fuma tabaco. En consecuencia el volumen inhalado (la cantidad que llega a los pulmones) también es mayor. Los fumadores de cánnabis también mantienen el humo cuatro veces más tiempo en la boca, lo que ocasiona cinco veces la cantidad de carboxihemoglobina en la sangre, por cada canuto fumado.
Esto significa, que probablemente el cuerpo retiene mucho más de los productos del humo del cánnabis, dando lugar a una carga respiratoria mayor de partículas de monóxido de carbono y de humo que cuando se fuma una cantidad similar de tabaco. Se estima que fumando un cigarrillo de cánnabis se inhala cuatro veces más de alquitrán en comparación a si se fuma un cigarrillo de tabaco. Ese hecho origina que se depositen un tercio más alquitrán en el tracto respiratorio. Se cree que esto es debido a la mayor retención de la respiración el tiempo asociados con el cánnabis, así como las diferencias en las características de filtrado entre los dos tipos de cigarrillos.
El equipo “Dejar de fumar” del la Fundación Británica del Pulmón, utilizo un sistema para el control de monóxido de carbono para medir los niveles de monóxido de carbono exhalado de la inhalación de cánnabis y los cuales son un válido indicador del consumo de cánnabis (mención personal del equipo “Dejar de Fumar”, Saluld Whittington Londres).
3.1 Enfermedad pulmonar obstructiva crónica y la función pulmonar
Los componentes del humo de cánnabis son similares a los del humo del tabaco. La excepción es que el THC se encuentra sólo en el cánnabis, y la nicotina sólo en el tabaco. Dadas estas similitudes, hay preocupación de que fumar cánnabis con regularidad podría conllevar unos riesgos similares para la salud como un tabaquismo regular.
Uno de los mayores riesgos a largo plazo del consumo de tabaco es el desarrollo de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, un término que describe una serie de condiciones como el enfisema y la bronquitis crónica. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica conlleva al daño de las vías respiratorias de los pulmones, causando que estas se estrechen y dificulten la ventilación pulmonar, o sea, la entrada y salida del aire.
Como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica a largo plazo es un factor de riesgo en los fumadores de tabaco, es posible que los fumadores de cánnabis también estén en riesgo de desarrollar esta condición. Estudios anteriores han demostrado que el fumar cánnabis lleva a una serie de problemas generales de las vías respiratorias que son consistentes con una variedad de condiciones pulmonares, incluyendo la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Estos incluyen:
Para confirmar un diagnóstico de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, es fundamental llevar a cabo unas mediciones fisiológicas de la función pulmonar mediante una prueba conocida como “espirometría”. Los resultados de los datos registrados de la función pulmonar mediante espirometría nos puede dar importantes pistas sobre el impacto que ocasiona fumar cánnabis en relación a las enfermedades de los pulmones, incluyendo la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
La función pulmonar Las pruebas de función pulmonar comprueba las diferentes variables que pueden facilitar a los médicos más información especifica sobre el estado y lo bien que trabajan los pulmones de una persona bajo esfuerzo.
Miden:
Un estudio realizado en el 2007 por Aldington, analizo el tabaco y el hábito de fumar cánnabis entre 339 personas en Nueva Zelanda. Los resultados sugieren que los principales efectos del cánnabis sobre la salud respiratoria son sibilancias, tos, opresión en el pecho y producción de esputo. Los investigadores también encontraron evidencia que vincula el cánnabis a gran obstrucción de las vías respiratorias, pero no el enfisema. El hallazgo más importante fue que un conjunto de cánnabis causa el mismo nivel de obstrucción al flujo aéreo de 2,5 a cinco cigarrillos de tabaco. Los autores el estudio quieren indicar que esto es de gran relevancia en cuanto a la salud pública.
Además, los datos preliminares presentados el año 2011 por Reid Torácica, en la Reunión de Invierno de la Sociedad Británica, muestra que los fumadores de cánnabis en una población al norte de Edimburgo, a pesar de ser más joven y que fuman menos tabaco, tienen más problemas respiratorios que los que solamente fuman tabaco. Referido grupo mostró una igual prevalencia de limitación del flujo aéreo.
En 2007, Tetrault llevó a cabo una revisión sistemática de 34 distintos estudios publicados entre el 1 de enero de 1966 y 28 de octubre 2005, de los cuales evaluó el efecto de fumar cánnabis sobre la función pulmonar y las complicaciones respiratorias. El estudio concluyó que a largo plazo fumar cánnabis se asocia con síntomas respiratorios, incluyendo la producción de flemas, tos y sibilancias. Estos síntomas sugieren enfermedad pulmonar obstructiva, pero las mediciones de función pulmonar no mostraron asociación significativa con la obstrucción de las vías respiratorias.
La revisión también sugiere que a corto plazo de la exposición al cánnabis se asocia con broncodilatación (apertura de las vías respiratorias).
Taylor, estudio en los años 1972-1973 en más de 900 jóvenes en con edad adulta y nacidos en Dunedin (Nueva Zelanda) el consumo de cánnabis y el tabaco. Los investigadores estudiaron a sujetos con edades de 18, 21 y 26 años. Se encontró una asociación acumulada entre fumar cánnabis y una relación decreciente de FEV1/VC, lo que sugiere el desarrollo de la obstrucción al flujo aéreo. El FEV1/VC medio entre los sujetos que consumieron cánnabis en 900 ocasiones o más, fue de 7,2 % más bajo que en los consumidores desde los 18 años, el 2,6 % menos desde los de 21 años y el 5% menos con los de 26.
Los autores dejan claro que sus resultados muestran sólo una asociación marginalmente significativa, pero explica que esto puede ser debido al relativamente corto plazo de tiempo (ocho años)que se estuvo sometiend o a los participantes a las pruebas respectivas. Un monitoreo a largo plazo en cuanto a los efectos sobre la salud que origina el de fumar marihuana, podría revelar un mayor efecto de lo que se supone. Mientras tanto, un artículo publicado por Hancox llegó a conclusiones similares, que sugiere que fumar cánnabis tiene un efecto marginal sobre la obstrucción al flujo aéreo.
Un nuevo estudio de Pletcher y sus colegas, publicado en enero de 2012, analizó en los EE.UU. los efectos del tabaco y el fumar cánnabis sobre la función pulmonar en 5.115 personas a lo largo de un período de 20 años. Como era de esperar, este estudio mostró que tanto el FEV1 (volumen espiratorio forzado en 1 segundo) y la FVC (capacidad vital forzada) disminuido en relación con la exposición al tabaco cada vez mayor.
Sin embargo, la relación entre la exposición acumulativa de cánnabis y la función pulmonar no siguió un patrón claro. En las personas cuyos nivel de fumar cánnabis fue clasificado como moderado, los autores encontraron un aumento muy pequeño en el FEV1 y la FVC (el volumen espiratorio forzado en 1 segundo aumentó en un 13 ml/año conjunta (IC 95%, desde 6,4 hasta 20, p<.001) y FVC de 20 ml/canuto-año (IC 95%, 12 a 27, P<0,001)).
El consumo “moderado” de cánnabis se define como un máximo de siete años de porros-exposición de por vida, en donde fumar un cigarrillo de marihuana al día durante un año es un porro-año.
Por lo tanto, siete porro/años serían, por ejemplo, un porro al día a lo largo de siete años o un porro a la semana durante 49 años.
Algunos estudios de investigación han encontrado vínculos más concretos entre fumar cánnabis y el desarrollo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Beshay trabaja desde en 2007, con el estudio enfisema vinculado al cánnabis en 30fumadores jóvenes (17 personas de edades comprendidas entre 19 y 43). El estudio demostró que el cánnabis tiene un efecto incluso cuando el consumo de tabaco se ha tenido en cuenta - lo que indica que el enfisema es poco probable debido al consumo de tabaco.
Esto se basa en estudios anteriores que mostraron evidencia de enfermedad pulmonar obstructiva de fumadores de cánnabis, incluyendo un estudio de 1987 que mostraba síntomas como sibilancias y la producción de una mayor cantidad de flema en usuarios del cánnabis.. El último estudio sugiere que los hombres fumadores de cánnabis sufren efectos más perjudiciales en la función pulmonar que los hombres fumadores de tabaco (VEF1: CVF 90,0 y 95,2 respectivamente).
Por otro lado, un estudio iniciado en 2009 presenta unas evidencias bastante diferentes. Se estudiaron en Vancouver cerca de 900 personas mayores de 40 años. Cincuenta y tres por ciento de ellos habían fumado tabaco y el 46% había fumado cánnabis. El estudio sugiere que, mientras que fumar tabaco mezclado con marihuana aumenta el riesgo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, no había pruebas concluyentes de que fumar marihuana pura conduce a un mayor riesgo de problemas respiratorios o con enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Sin embargo, fumar una mezcla de marihuana y el tabaco se asoció con un mayor riesgo de padecer una enfermedad pulmonar obstructiva crónica que fumar sólo tabaco (odds ratio 2,74 enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el 95% CI1.66-4.52 en el tabaco-fumadores frente a sólo 2,90, en 95% IC 1.53-5.51 en los fumadores de tabaco, mezcla de cánnabis). Esto sugiere que, cuando se mezclan, el cánnabis y el tabaco tienen un efecto perjudicial sobre la salud pulmonar. Aumenta el riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, después de 50 petas mezcladas con tabaco. Los autores sugieren que las campañas contra el tabaquismo debe tener como objetivo reducir el consumo de cánnabis, así como el consumo de tabaco, y tratar de llegar específicamente a las personas que utilizan regularmente marihuana y el tabaco.
Un estudio anterior de 1980 no encontró ninguna evidencia de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica o anomalías en las vías respiratorias más pequeñas en los fumadores de cánnabis. Sin embargo, este estudio encontró una reducción leve pero significativa de las vías respiratorias en los fumadores de cánnabis mayores, que no se detectó en los fumadores de tabaco de la misma edad.
Es evidente que hay pruebas contradictorias acerca del efecto del fumar cánnabis sobre la función pulmonar y el riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Sin embargo, hay evidencias de que aumenta el riesgo de obstrucción de las vías respiratorias con el número de canutos-años fumando cánnabis, y de un mayor riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica en fumadores que consumen de cánnabis con tabaco con regularidad.
3.2 El cáncer de pulmón
El cáncer de pulmón se desarrolla cuando las células de los pulmones se vuelven anormales y crecen sin control. Con el tiempo forman un grupo, conocido como un tumor. Dado que el cáncer de pulmón en gran parte es causadas por fumar tabaco y, el humo del cánnabis contiene muchos de los mismos agentes que son factores proliferares para cáncer, es de vital importancia la investigación de la relación entre el cáncer de pulmón y fumar cánnabis.
De hecho, estudios de laboratorio previos han demostrado efectos que causan cáncer por el humo del cánnabis. Sin embargo, estudios en poblaciones humanas han arrojado evidencia contradictoria sobre el tema: algunos sugieren que existe un vínculo entre fumar cánnabis y el cáncer de pulmón, mientras que otros no.
Vale la pena señalar que estos estudios tienen un valor limitado, ya que contemplo a un número relativamente pequeño de personas y no tener en cuenta la cantidad de cánnabis fumado o los efectos de fumar una mezcla de tabaco y cánnabis. Además, cierta evidencia anterior sugiere que el THC puede tener efectos anti-cancerígenos.
No tomando en cuenta los aditivos añadidos por la industria tabacalera, el humo del cánnabis tiene el doble de la concentración de cancerígenos hidrocarburos aromáticos policíclicos como el humo del tabaco. Además, las personas tienden a inhalar altas concentraciones de los componentes que causan cáncer al fumar cánnabis, ya que tienden a fumar los cigarrillos sin filtros y un cantidad del tabaco como la que se encuentra en major o menor medida en los cigarrillos.
Los fumadores de cánnabis también inhalan más profundamente y sostienen su respiración durante más tiempo, de modo de depósito de productos carcinógenos llega hasta el tracto respiratorio inferior. En conjunto, esta evidencia constituye un fundamento legítimo que un fumador de cánnabis puede estar expuesto a un mayor factor de riesgo para que se le forme un cáncer de pulmón, en comparación a los fumadores de tabaco.
Si un consumidor habitual comenta: ”…yo solo fumo dos porros al día…”, en ese caso la pregunta seria: “De que tipo (tamaño) de papel y de que tamaño de filtro hablamos”.
Otro factor el cual en los mencionados estudios no se contemplan, es que hay consumidores que solo usan una punta de un cigarrillo, hay otros que suelen hacer trompetas al estilo Bob Marley, y otros fuman pipa de canaleta abierta en vez de usar pipas de agua.
Por lo cual, no se puede hacer una comparación porcentual del numero de cigarrillos/día en relación a porros/día y la carga ocasionada.
Pero en este caso el calculo (simbólico) es simple 1 + 1 = 2, si se fuma el doble y se retiene el humo dos o tres veces mas tiempo que el humo de un cigarrillo, los depósitos y los riesgos se multiplican.
No obstante, supongo que no hace falta decir que todos sabeos que fumar es malo, da igual lo que se fume y, por lo tanto, solo es de recomendar no empezar nunca con semejante “afición”.
Y los que lo hacen y no desean déjalo, que procuren controlar y limitar las cantidades, así como evaluar un buen sistema de filtrado
Sin embargo, si una persona a sabiendas del posible riesgo que constituye el fumar, pero por uno u otro motivo decida por libre albedrío acaptar ese posible riesgo sobre la salud para mejorar su calidad de vida -como por ejemplo las mujeres que toman hormonas para contrarrestar los efectos de la menopausia, a sabiendas que dicha medicación prolifera el cáncer de mama o las personas que se ven obligadas por sus alergias a “inflarse” con histaminas-, es un factor que se debería tener en cuenta por las autoridades sanitarias y judiciales.
En 2008 un riguroso estudio -control de caso- por Aldington y colegas hizo un progreso significativo en demostrar que la relación existe. Los autores analizaron los hábitos de fumar de las personas diagnosticadas con cáncer de pulmón y un grupo control sin cáncer de pulmón. Su principal conclusión fue que fumar cánnabis aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón en adultos en edad joven. El estudio también sugiere que fumar un cigarrillo de marihuana al día durante un año aumenta el factor de riesgo de padecer de un cáncer de pulmón en un 8%. Es importante destacar que, los investigadores tomaron variables que incluyen el consumo de tabaco en cuenta al calcular esta cifra.
A modo de comparación, el mismo estudio sugiere que fumar un paquete de cigarrillos de tabaco (20 cigarrillos) al día durante un año aumentó el riesgo de cáncer de pulmón en un 7 por ciento. Esto sugiere que fumar un solo cigarrillo de cánnabis aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón por una cantidad similar a fumar 20 cigarrillos de tabaco. El estudio también concluyó que el 5 por ciento de los cánceres de pulmón en los mayores de 55 años o menores pueden ser causados por fumar cánnabis.
Un estudio realizado por Berthiller y sus colegas se centraron en fumadores de cánnabis en el Norte de África los hombres mostraron un aumento de 2.4 veces en el riesgo de cáncer de pulmón entre los hombres que habían fumado cánnabis en comparación con aquellos que nunca lo había fumado. Esto fue después de clasificar por edad, tabaquismo, la exposición ocupacional y país.
Se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos y explicar por qué fumar un cigarrillo de marihuana puede suponer un riesgo mayor que fumar un cigarrillo de tabaco. La identificación de los mecanismos por los cuales los componentes del humo del cánnabis pueden causar cáncer de pulmón es también crucial.
3.3 Colapso pulmonar (neumotórax)
Colapso pulmonar (neumotórax) ocurre cuando hay un desgarro o ruptura en el pulmón, permitiendo que el aire en la cavidad pulmonar. Esto hace que el desinflar los pulmones, comprimir y al “colapso” parcial. Una lesión en las costillas rotas o incluso de algunos procedimientos médicos puede causar este, mientras que un “espontáneo” neumotórax puede ocurrir sin ninguna advertencia. Esto conduce a la repentina falta inesperada de aire y/o dolor en el pecho, que empeora cuando se respira.
Una selección de casos clínicos y series han sugerido que fumar cánnabis puede estar asociado con un mayor riesgo de neumotórax. Algunas evidencias sugieren un vínculo entre fumar cánnabis y un pneumothorax espontáneo. En referidos estudios sólo se tienen evidencia de algunos de los casos. Sin embargo, un estudio hayo 17 pacientes jóvenes suizos (16 hombres con una edad media de 27) eran fumadores habituales de cánnabis y había sufrido neumotórax espontáneo.
Estos pacientes no tienen síntomas, pero la TC mostró daños en sus pulmones, incluyendo múltiples bullas o enfisema en los ápices pulmonares. El informe sugiere que el neumotórax en los fumadores de cánnabis ha podido ser causado por la tos mientras sostiene la respiración mientras se fuma un cigarrillo de cánnabis.
Además, parece aumentar el riesgo de neumotórax en los fumadores de tabaco y, las personas que fuman tabaco y cánnabis pueden enfrentarse un mayor riesgo que aquellos que sólo fuman tabaco.
3.4 Las infecciones respiratorias y los efectos inmunológicos
En la actualidad existe gran cantidad de investigaciones que demuestran que el THC afecta el sistema inmunológico humano, el cual por ello no funciona tan bien como debería. Los estudios sugieren que el THC suprime varias células del sistema inmunitario, como macrófagos, células asesinas naturales y loa células T-53. Los investigadores están comenzando a entender más acerca de cómo los componentes del humo del cánnabis afectan al sistema inmunológico.
La evidencia actual muestra que los fumadores de cánnabis tienen más riesgo de desarrollar una serie de enfermedades infecciosas pulmonares. Uno estudio muestra que los fumadores de cánnabis tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad del legionario. Varios estudios reportan sobre fumadores de cánnabis en estado de desarrollo la tuberculosis. Uno de los estudios demuestra cómo un grupo de fumadores de cánnabis en Seattle, EE.UU. desarrolló tuberculosis.
Lo que e igual tampoco mucha gente sabe que los ojos no tiene barrera y cualquier patógeno o contaminante que llega ellos pasa directamente al riego sanguíneo. Eso significa si a uno le llega el polvo de la hierba, a la hora de manipular el material, y dicho material se encuentre contaminado, estamos expuestos severamente a una contaminación secundaria. También se aspita polvo de la mezcla a través de los filtros de “cartón” dejando abierto la posibilidad que los potenciales patógenos lleguen a los pulmones.
En otro estudio, un hombre de 34 años desarrolló la aspergilosis pulmonar 75 días después de un trasplante de médula para la leucemia mieloide crónica.
Había estado fumando marihuana con mucha frecuencia durante varias semanas antes de su ingreso al hospital. Las culturas cultivadas a partir de su marihuana revelaron el hongo Aspergillus fumigatus.
Esta era idéntica a la muestra de la biopsia pulmonar a cielo abierto, lo que demuestra que la marihuana cause la infección aspergilosis.
Bajo la función inmune podría explicar por qué parece haber un vínculo entre el consumo de cánnabis y las bacterianas oportunistas neumónicas y fúngicas en pacientes con trasplante, los pacientes con cáncer y personas afectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
3.5 Amplios efectos sobre la salud, incluida la salud mental y las enfermedades cardiovasculares
Los amplios impactos que conlleva fumar cánnabis, están bien documentados e incluyen la dependencia de la droga, mayor riesgo de accidentes automovilísticos, enfermedades cardiovasculares y problemas de salud mental.
El cánnabis tiene algunas de las características de las drogas adictivas, incluyendo la tolerancia (necesidad de tomar más y más para obtener el mismo efecto) y un síntomas de abstinencia que incluyen la ansiedad, disminución del apetito y con ello una pérdida de peso, dificultad para dormir, agresividad, irritabilidad, ira e inquietud. (Inciso DEMETER: Se olvidaron de los sudores por la noche… ).
Todos estos síntomas causan aproximadamente el mismo nivel de malestar como la retirada del tabaco. En Australia, el Canadá y los EE.UU., después del alcohol y el tabaco la dependencia del cánnabis es el tipo de dependencia de las drogas más común. Se estima que el 9% de los consumidores de cánnabis se vuelven dependientes durante toda su vida. Esta cifra sube a uno de cada seis de las personas que inician el uso de cánnabis en la adolescencia.
Los riesgos equivalentes:
De acuerdo a pruebas de laboratorio sobre el cánnabis y el THC se hizo evidente que modifican/ralentizan:
Los hay alguien que fuma más, los peores efectos de esto seria si los consumidores de cánnabis conducen mientras están “intoxicados”, dado que ello puede aumentar en dos o tres veces el riesgo de sufrir un accidente. Eso si, nada en comparación, con el alcohol el cual aumenta de 6 a 15 veces más las probabilidades de fallar.
La investigación también ha demostrado que el cánnabis tiene efectos adversos sobre la salud cardiovascular. El consumo de cánnabis y el THC aislado se ha demostrado que aumentar el ritmo cardíaco. Mientas mas más cánnabis o el THC contiene el organismo de una persona más se incrementa su ritmo cardíaco. Un estudio demostró que el consumo de cánnabis puede aumentar el riesgo de infarto de miocardio (ataque cardíaco) 4,8 veces dentro de la siguiente la hora después de que alguien lo haya consumido. Un estudio relacionado, informó que las personas que fuman cánnabis al menos una vez a la semana tienen más del doble de probabilidades de morir de un ataque cardíaco, en comparación con las personas que no consumen cánnabis.
Se eleva a cuatro veces más la probabilidad en personas que consumen cánnabis más de una vez por semana. Los estudios de laboratorio indican y apoyan el hallazgo que determina que fumar cánnabis provoca angina de pecho en pacientes con enfermedades del corazón.
Los investigadores han descubierto que fumar cánnabis afecta a la salud mental.
Un estudio sobre 50,465 hombres suecos encontraron que aquellos que habían fumado cánnabis en el momento de cumplir 18 años eran dos veces más propensos a ser diagnosticados con esquizofrenia que aquellos que no lo habían consumido. El riesgo de esquizofrenia aumenta mientras más cánnabis se utiliza. El estudio también mostró que las personas que habían consumido cánnabis 10 veces o más a la edad de 18 años eran dos veces más propensos a ser diagnosticados con esquizofrenia que aquellos que no habían consumido.
Un estudio relacionado mostró que el seguir consumiendo cánnabis pasado los 18 años de edad, mayor es el riesgo de esquizofrenia. Los investigadores estimaron que el 13% de los casos de esquizofrenia se podrían prevenir si las personas no habían fumado cánnabis. Estudios realizados en los Países Bajos, Alemania y Nueva Zelanda han apoyado estos hallazgos.
De acuerdo con estudios en el Reino Unido el cánnabis también tiene otros efectos sobre la función mental, en concreto la caridad del razonamiento mental. Los usuarios habituales pueden experimentar letargo, pérdida de habilidades de comunicación y una falta general de ambición. Se cree que el cánnabis afecta la capacidad de una persona de almacenar nuevos recuerdos, pero no los recuerdos que ya están en su lugar. En un estudio de los adolescentes en Australia, los que utilizaron más cánnabis eran más propensos a desarrollar depresión y ansiedad. Otras investigaciones han demostrado el cánnabis provoca ataques de pánico y ansiedad, depresión, cansancio y baja motivación en un número significativo de usuarios.
Que el consumo habitual de cánnabis afecta momentáneamente a la memoria de corto plazo, esta demostrado, pero no compartimos el razonamiento que evita almacenar nuevos recuerdos dado que pasado un tiempo, te acuerdas de las cosas que justamente se acontecieron hace unos instantes de las cuales no te acordabas al rato.
Un factor indiscutible es: Al pertenecer el cánnabis a gama de las drogas hipnóticas se produce una pronunciación en cuanto a la redución del margen de captación del entorno y solo nos centramos en lo que hacemos, por ello a su vez se registran menos datos colaterales, sin embargo sobre las cuestiones que se ha “centrado” en dicho momento, esas no se pierden. Se sobreentiende que todo eso es en el supuesto que haya otro tipo de drogas o factores en juego.